Alteración del sueño, estrés y bajos sistemas inmunológicos pueden ser provocados por la limitada interacción social
A medida que más personas optan por vivir solas, retrasar la vida en familia y enfocar su atención en la tecnología, las tasas de soledad están subiendo rápidamente en todo el mundo.
Nuevos estudios como el de la profesora de psicología Julianne Holt, de la Universidad de Brigham Young en Estados Unidos, arrojan nuevos concepciones sobre la soledad y cómo podría representar una amenaza de salud pública mayor que la obesidad y los riesgos de fumar.
La doctora Holt realizó dos análisis; el primero incluía a más de 300 mil participantes. En los resultados se encontró una reducción del 50% en el riesgo de muerte temprana entre las personas que gozaban de mayor interacción social.
En cuanto al segundo, el estudio incluyó datos de 3.4 millones de personas. Se examinó cómo el aislamiento social, la soledad y la forma de vivir tenía influencia sobre la mortalidad de los estudiados. Si una persona sufría estas tres características, el riesgo de morir era similar al de padecimientos como la obesidad.
Diversos investigadores creen que la soledad es tan mortal porque puede conducir a una serie de problemas como: patrones alterados de sueño, altos niveles de hormonas, estrés, inflamación y deterioro de los sistemas inmunológicos.
La gente puede evitar los riesgos de esta condición buscando canales que los llamen a socializar. Clubes sociales o reuniones con los vecinos pueden ser un buen comienzo.