Esto no es una broma

Las únicas partes que el estadounidense Jon Morrow puede mover son sus ojos y sus labios. Las manos, las piernas, los pies y los brazos están totalmente paralizadas a excepción de algún espasmo ocasional.

Pese a todo, Jon dice tener una vida asombrosa.

Usando la tecnología de reconocimiento de voz, este hombre ha escrito artículos leídos por más de cinco millones de personas; además de redactar, Morrow ha fundado revistas electrónicas que lo hicieron millonario.

Después de tener neumonía 16 veces en sus 34 años de vida, este singular personaje se ha recuperado de más de 50 huesos rotos y ha pasado años, literalmente, en el hospital.

A finales del año pasado, Jon decidió hablarle al mundo por primera vez cómo le ha hecho para sobrevivir a su condición. Específicamente, compartió las lecciones más grandes que ha aprendido, aquellas que le costaron lágrimas y sangre, y que salvaron su vida:

Lección #1 Si no puedes ganar el juego, cambia las reglas

Hace diez años pagaba 120 mil dólares al año en cuentas médicas. Sin la ayuda del gobierno no hubiera sobrevivido, pero  la asistencia no le permitía ganar más de 700 dólares al mes, así que vivía atrapado con un título universitario, mucho ímpetu y varias ofertas que no pudo aceptar.

Entonces cambió las reglas.

Recibió un trabajo sin paga en una revista electrónica en el que dedicó de 40 a 80 horas por semana durante dos años. En ese tiempo se mudó a México para ahorrarse dinero en los gastos médicos, de 120 mil pasó a pagar 18 mil al año.

Comenzó a prestar servicios de consultaría y pidió favores a su antiguo jefe. Éste le permitió acceder a sus lectores y consiguió un roster de clientes en 24 horas.

30 días más tarde, ya estaba haciendo 10 mil dólares al mes, vivía en un condominio frente al mar y estaba pagando él mismo sus tratamientos.

Al no jugar bajo las reglas del gobierno, creó un juego nuevo, uno que podría ganar.

 

Vista desde la oficina de Morrow en Mazatlán:

Lección #2 Dolor es poder

En algún punto, la vida te pega en la cara.

El golpe puede ser fuerte o leve, pero definitivamente va a llegar y tu éxito o fracaso estará determinado por cómo recibes el puñetazo.

Después de tantos golpes, Jon Morrow, ya ni se daba cuenta. Desde que nació, la distrofia muscular le ha dado una golpiza diaria y eso lo hizo increíblemente fuerte.

Esa es la ventaja del dolor, entre más lo experimentes más podrás manejar y menos te saca de tu juego. Incrementar tu tolerancia al dolor es lo más inteligente que puedes hacer si quieres ser más fuerte.

 

 

Lección #3 El secreto para sobrevivir

En 2006, la mini van de Morrow fue golpeada por un joven sin seguro y le llovió sobre mojado. Sin embargo no se quebró y en lugar de ver sus dificultades, cambió su perspectiva.

Aceptó sin reparos que la vida es injusta de manera incesante y se dijó “Así es mi vida ahora ¿Qué sigue?” La aceptación fue lo único sobre lo que tuvo control, lo único que lo separó de pensar que quería acabar con su vida.

Contrató a un abogado que demandó desde las compañías de seguridad hasta el hospital y poco tiempo después estuvo libre de deudas.

Lección #4 El arte de contraatacar

Aprendimos antes que hay que saber recibir los golpes de la vida. Bueno pues después de adquirir fortaleza hay que aprender a pelear.

Con cada puñetazo, la vida baja su guardia y crea una pequeña pero real oportunidad de que le pegues.

En la vida cada dificultad carga con una oportunidad correspondiente del mismo tamaño.

 

 

Lección #5 Cómo encontrar el valor para enfrentar cualquier cosa

Si te encuentras a ti mismo paralizado por el miedo, la única manera de librarte de él es encontrar algo que te asuste aún más. Hazlo tan real en tu mente que estés apunto de sacarlo por tu piel y luego que te dé la energía para hacer las cosas locas que necesitas hacer.

No es que te sugiera que estés en viviendo con miedo permanentemente, pero en el momento en que hayas asimilado la peor situación dejas de torturarte a ti mismo.

El miedo es combustible, así que incéndiate, incéndiate, nena.

 

Lección #6 Celebra la locura

El mundo suele decirte que seas razonable, que tengas metas razonables y expectativas razonables.

Sin embargo ¿fue razonable que Jon renunciara a los beneficios del gobierno? ¿O trabajar más de 40 horas a la semana de a gratis? ¿O iniciar un negocio desde cero en un país ajeno?

Si estás en una situación loca, a veces la única forma de salir es hacer un movimiento valiente y más loca.

Siempre hay que preguntarse ¿Qué opciones no estoy considerando porque están muy locas? No tienes que elegir siempre la más loca, pero sí tienes que reconocerla.

Lección #7 “Nunca, nunca, nunca te rindas”

Una noche Jon Morrow estaba quejándose y bufando por el dolor que le causaba su tratamiento de la neumonía. Su madre le llevo una placa con una frase Winston Churchill, el ex primer ministro inglés.

Decía “Nunca, nunca, nunca te rindas”. Su madre le hizo decirla en voz alta cada noche después de su doloroso tratamiento.

Cada que pensamos que nuestra vida está acabada necesitamos simplemente a alguien que nos recuerde que el triunfo ante la adversidad no se da siendo el más fuerte o el más inteligente.

Las más grandes victorias son ganadas por la gente más débil, viviendo sus tiempos más obscuros y enfrentando monstruos que hacen dudar incluso a los héroes.

Hoy podrás sentirte como un rechazado, olvidado por tus amigos o familia, o cualquiera que pudiera ayudarte, pero no lo estás.

Estás respirando, querido lector. Y según nos demuestra Jon Morrow eso es todo lo que se necesita para gestar un regreso.

Así que dilo. Dilo:

“Nunca, nunca me rendiré”

Dilo. Créelo.

Ahora date cuenta que has iniciado un viaje a convertirte en alguien completamente indetenible.