Otro paso del gobierno de Donald Trump
Durante el gobierno de Barack Obama, en Estados Unidos se consideró al Internet un servicio básico al igual que la electricidad y el agua, lo que garantizaba un acceso igualitario para todos.
Esta condición ayudaba a frenar varias prácticas como: que los proveedores bloqueen o hagan más lenta la conexión de Internet y la creación de cuotas determinadas de precio y velocidad para distintas páginas. Como consecuencia estos podrían crear un monopolio para poder visitar determinadas web con la misma velocidad que otras; quitándole beneficios al usuarios y enriqueciendo a las compañías con más recursos.
La Comisión Federal de Comunicaciones estadounidense, presentó una propuesta donde quieren terminar con las protecciones del gobierno anterior. La propuesta será votada el 14 de diciembre cambiando para siempre cómo se usa Internet.
Podría significar el fin de la libre competencia.
Por ejemplo, diversos defensores de la neutralidad en la red, dicen que proveedores de Internet como Verizon podría ralentizar intencionalmente la conexión cuando su usuario utilice Netflix, entorpeciendo el uso de esta plataforma y beneficiando indirectamente a su propia plataforma de streaming Fios.
Por otro lado, para aquellas empresas o sitios web con menos recursos será más difícil (y costoso) negociar con las operadoras para que los usuarios visiten sus páginas a buena velocidad. Es evidente que quién saldría beneficiado de este nuevo sistema serían grandes compañías mundiales como At&T, Verizon o Comcast; las empresas con poco presupuesto y los clientes pagarán más por tener y proveer un Internet más rápido que acceda a todas las páginas por igual.
La Comisión Federal de Comunicaciones sólo pedirá a los proveedores de servicios que sean transparentes sobre sus prácticas para que los consumidores puedan comprar el plan de servicios que mejor les convenga y que los emprendedor y otras pequeñas empresas tengan la información necesario para innovar.