La evidencia hace a los científicos querer indagar más
A mediados de noviembre, los científicos revelaron que un objeto peculiar pasó a través de nuestro Sistema Solar. Se precipitó desde un ángulo tan extremo que no podría haber sido nativo de nuestra galaxia, y la única explicación que se les ocurrió fue que el intruso era un extraño asteroide.
Este sería el primer ejemplo registrado de un asteroide interestelar, es decir, uno que provenía de fuera de nuestro sistema solar, y su extraña forma se atribuyó a su viaje increíblemente largo y rápido. Sin embargo, algunos científicos escépticos se preguntan si no se trata de un asteroide, sino de una sonda alienígena.
El grupo de investigadores dedicados a cazar alienígenas: Breakthrough Listen Initiative, están apuntando un radiotelescopio increíblemente potente al supuesto asteroide, llamado Oumuamua, mientras vuela de regreso con la esperanza de probar que no es en realidad un asteroide.
Uno de los principales argumentos en contra de que Oumuamua sea un objeto natural es su forma increíblemente extraña. Se cree que mide solo 80 metros de ancho, pero se extiende a 800 metros de largo. Eso es muy diferente de cualquier asteroide previamente documentado por los astrónomos.
Aunque no sabremos de inmediato si los investigadores pudieron espiar a E.T., pues el grupo planea informar todos sus hallazgos en un documento de investigación que se publicará en el futuro cercano.